Córdoba en alerta: el taxi en riesgo frente al avance de las aplicaciones ilegales
Entrevista al Dr. Carlos Cafure, para Contacto Global con Juan Yacobs por Radio Panamericana FM 103.7 “Están quitando el plato de comida a los hijos de los trabajadores del taxi.” La frase del Dr. Carlos Cafure, abogado laboralista y representante del sector, resuena con fuerza en medio de un conflicto que ya lleva años y […]

Entrevista al Dr. Carlos Cafure, para Contacto Global con Juan Yacobs por Radio Panamericana FM 103.7
“Están quitando el plato de comida a los hijos de los trabajadores del taxi.” La frase del Dr. Carlos Cafure, abogado laboralista y representante del sector, resuena con fuerza en medio de un conflicto que ya lleva años y que hoy se encuentra en una instancia límite: la avanzada de plataformas digitales como Uber sobre el servicio de taxis en Córdoba.
Mientras los tribunales provinciales analizan fallos provisorios que habilitan el funcionamiento de estas aplicaciones, miles de trabajadores del taxi ven cómo su única fuente laboral peligra. “Lo que se está buscando desde algunos sectores de la política y otros actores es la desaparición del taxi como servicio público en la República Argentina”, advierte Cafure.
La preocupación del gremio es clara: una competencia desleal amparada por la pasividad del Estado. “Estas aplicaciones no están reguladas, no pagan impuestos, no tienen oficinas ni responsables visibles, y sin embargo operan libremente, violando ordenanzas locales, leyes provinciales y nacionales”, remarca.
El taxi, en cambio, sostiene una estructura formal: conductores sometidos a rigurosos controles médicos, vehículos auditados técnicamente, seguros obligatorios y tributos al día. “Cuando alguien sube a un taxi, sabe que está en un vehículo seguro, conducido por un profesional que vive de eso. El que maneja para una aplicación lo hace como un ingreso extra, pero para el taxista, es su vida”, explica Cafure.
El daño ya es visible: muchos choferes han devuelto sus licencias porque no pueden sostener el trabajo frente a esta competencia. La baja en la cantidad de viajes es dramática, y cada chapa que se devuelve puede significar un nuevo despido. El Estado municipal, lejos de dar respuestas, sigue sin activar una aplicación propia que prometió hace más de cuatro años y que costó entre 550 y 600 millones de pesos.
“El mensaje que se le baja al pueblo es terrible. Se premia a quien evade, y se castiga al que cumple”, afirma Cafure. “Nos están llevando a la desaparición de un oficio legal y regulado para dejar lugar a un modelo sin rostro, sin garantías y sin responsabilidades”.
La metáfora con la que cierra el abogado es potente: “Si esto sigue así, como se permite que los manteros fundan a los comerciantes del centro, también se va a permitir que las aplicaciones fundan al taxi”.
Mientras tanto, los taxistas de Córdoba siguen esperando que la política mire hacia adentro, se haga cargo y defienda el trabajo legítimo.
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